lunes, 8 de septiembre de 2008

27 de agosto de 2008

Te muestro un dedo.
En la simpleza de la vida.
De como era todo antes, era un dedo. Ahora son dos o tres?
No, es el mismo dedo, pero de otra forma.
Cambio el dedo.
Pero somos todos tan iguales, nos hacemos los iguales, somos distintos, fuimos comprados, fuimos vendidos, fuimos subastados...
Bueno bueno, el dedo te dice basta, andate.
Y camino una y otra vez las paredes de esta habitación móvil que compone la existencia buscando un símbolo de paz, y amando el mundo, evitando que el dedo se aloje en todo esto.
El dedo en la llaga.
Pero extraño tantas cosas, cuando eran tan así, cuando cambiaron? Se las robaron, si si, las cambiaron y tergiversaron...
Somos uno oh si, y antes eramos tantos unos, pero se los fueron llevando, los robaron y convirtieron en monótonas palabras huecas sin sentidos.
Es que somos TAN profundos, pero en si no decimos nada, y no hacemos nada, pero sufrimos tanto, y pasamos tantas tormentas, y hacemos apología de nuestra triste vida en la cual llamar la atención es nuestro oxigeno, sin ser nada, hacia la nada.
Patetique.

Tantas cosas pateticas nos van dando vuelta al rededor.

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