08 de septiembre de 2008 [ La fiebre de un sabado azul y un domingo sin tristezas ]

Estoy esperando el calor, ya no espero ningún tren, ni veo ninguna estación, somos el propio tren, y sigo esperando el calor, porque el frío ya me canso.
Pero sin embargo todo se corrio, para un lado y para el otro, se corrio la pintura y también las estaciones, el verano se aleja ya volviéndose otoño y la primavera se sento sobre el viejo verano.
No entiendo porque ni para que y no me importa, es solo la simpleza de estar tirada en la cama robando calor, con gong de fondo y la risa de una locura hermosa, en el palacio del surrealismo, entre go speed racer go, y planes verdes.
Enamorándonos de la vida misma, descubriendo el verdadero significado de la realidad, que no es más real de lo que nosotros le permitimos, y resignificando los sentidos.
Perdidos en un sueño sesentoso, donde los trenes todavía funcionan y los ideales son los únicos motivos por los que valen pelear, deseando la paz y el amor, haciendo la paz y el amor al universo, amando las partículas del aire que nos rodean, y escindiendonos en pensamientos liberadores.
Diciendo sin decir, diciendo hablando, y riendo callando, riendo, riendo explosivamente.
Siendo alicias en el país de las maravillas, y cayéndonos por el agujero de un árbol a encontrarnos con duendes, sin la tortura del amanecer en los ojos, descubriendo el sol que se oculta entre tus persianas.
Es que amamos la vida y nada nos desvia de ese camino, de sentir las cosas desde su lado más hermoso, de reírnos, y no olvidarnos frente a la adversidad, que todo tiene solución, y que hasta lo irremediable e irreversible tiene una vuelta, si lo miras con el amor de haber vivido la vida juntos.
Es al fin y al cabo, un simple ser, siendo, somos seres siendo, y vamos a seguir así... perdiéndonos, encontrándonos, caminando, durmiendo, abrazando, besando, levantando, riendo, llorando, acariciando, golpeando, estrellándonos contra las paredes, y volviendo a empezar para poder terminar una y otra vez.