jueves, 18 de septiembre de 2008


De mirada en mirada, entre mares de ojos, tus ojos.
Esos ojos color campo en primavera, donde se mezclan las diferentes tonos de naturaleza, entonces, tus ojos, encendidos siempre por la luz de la sonrisa y tentados por la picardía de la infancia.
Grande pero niño, chico pero adulto, niño grande, adulto chico.
Perdido en el mar de la pasión y la locura, creciendo con vos un grito eterno de empuje externo, en lo interno, haciendo temblar hasta el alma en la caída continua de elevarse y caer.
Tu risa ese juego eterno que nos lleva al disfrute momentáneo del apagón interno q corta el agua y nos deja un rato divertir.

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