lunes, 23 de febrero de 2009

22 de Febrero de 2009

Resulta entonces la extraña situación donde uno mira por la ventana y ve en ella el reflejo de la canción que venia escuchando. Entonces piensa que si esa es una respuesta, todo esta conectado, y cada vez que abro los ojos y veo las estrellas, haciendole cosquillas al infinito, solamente estoy riendome de mi misma y provocando tifones de irracionalidad en japón. Y la luna no baja, y las flores no florecen, porque se termino hace rato ese vestigio azul de verdad que nacia de las mismas raicez de nuestro pensamiento. Bah, de mi pensamiento, del tuyo no sé nada. Y tal vez es eso lo que me hace en frecuencias extrañas acercar una y otra vez, y buscar que mis letras se mezclen con las tuyas y se rian y se vuelvan un amorfo ser inexplicablemente bello. Es que las sonrisas son tan hermosas, y las lagrimas tan injustificadas cuando dormimos. Y no porque estemos dormidos. Sino porque todo esta en su escencia, y es ahí cuando lo unico que queremos, buscamos, añoramos, somos, es felicidad. Si! Somos felicidad, pero no se lo digas a nadie mi vida, porque así todo deja de tener sentido, y los obtusos habitantes de los bloques de cemento y metal van a salir desplegando sus alas hacia los campos y nos van a llenar de su inmundo pensamiento, ese que vuelve todo gris oscuro y nos van a robar nuestro espacio para correr y arrojarnos a los pastos, desnudos de problemas y envueltos en nuestra febril existencia humana, donde todos somos uno y uno somos todos, y reimos y gozamos, y ya nada importa porque existimos y eso ya es motivo para ser feliz.

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